Hace unos días, las redes sociales estallaron en burlas y memes luego de un desafortunado tuit. Todo comenzó cuando la diputada Beatriz Robles compartió con sus seguidores de Twitter su hoja de registro como precandidata a la gubernatura del estado de Querétaro. Y lo que parecía ser un momento de júbilo para la legisladora, pronto se convirtió en una avalancha de críticas. El motivo: los errores ortográficos.
No, no fue un tema de género y nada tuvo que ver la afiliación política. Básicamente, la gente cuestionó la formación profesional y hasta las habilidades para gobernar de la diputada por un tuit con errores ortográficos imperdonables. Y probablemente el incidente se olvide en unos días; sin embargo, cada vez son más las personas que prestan atención al desempeño de las figuras públicas y las marcas en redes sociales.
Como el ejemplo anterior, existen muchos más en el ámbito artístico. A unos meses de confirmar su embarazo, la cantante mexicana Paulina Rubio compartió la noticia con un peculiar tuit: “La vida tiene un nuevo significado. Chicos, quiero confesarles con mucha ilución a todos mis fans que van hacer TIOS!!! voy hacer mama!!!!! Los amo! [sic]”. Bueno, no hay mucho que explicar aquí.
Una de las lenguas más complejas es el español; no obstante, los responsables de la comunicación estamos obligados a prepararnos y actualizarnos para no incurrir en esos errores ortográficos y de redacción que podrían costarle muy caro a la reputación e imagen del cliente. Y a todo esto, ¿de qué errores hablo?
- La ausencia de tildes.
“Comerte” un acento escrito o colocarlo erróneamente no solo hará lucir poco profesional tu intervención en redes sociales, sino que podría cambiar por completo el sentido de la idea original.
- La confusión entre palabras homófonas.
Como su nombre lo indica, son aquellas que suenan igual pero que se escriben distinto y no significan lo mismo. Ten mucho cuidado, pues podrías pasar un mal rato igual que la “chica dorada”.
- ¿Sabías que…
Una frase muy común en las campañas de comunicación y también es una de las que constantemente encontramos mal escrita. Cómo olvidar el típico “¿Sabías qué […]” o el “¿Sabias qué […]”.
- La coma entre sujeto y predicado.
Quienes separan el sujeto del predicado con una coma lo hacen porque le da ritmo a la lectura. Nada más alejado de la realidad. Es un grave error de redacción que se debe evitar siempre.
- El abuso de anglicismos.
Se trata de una práctica recurrente entre los círculos de mercadólogos y comunicólogos. Sin embargo, instituciones como la RAE son muy claras: si existe la palabra en español, entonces usa la palabra en español.
La mejor manera de evitar un error ortográfico o de redacción es verificando su correcta escritura en buscadores como Google o Yahoo! Estos, por su carácter intuitivo y predictivo, automáticamente arrojarán como primer resultado la palabra o frase escrita correctamente. Ahora que si tienes tiempo y curiosidad, los sitios de la RAE y de Fundéu cuentan con literatura muy interesante y actual.
Otra recomendación es consultar manuales de estilo como el de El País, que ofrecen una guía completa para quienes se dedican a la edición de textos o trabajan directamente en alguna rama de la comunicación. Por último, no confíes todo tu trabajo al autocorrector. Antes de publicar un contenido, verifica que no haya errores ortográficos y que esté bien redactado, verás que con el tiempo y la práctica serás infalible.
Autor:
Marissa Sánchez, Consultor en AB Estudio de Comunicación.