Con el asunto “e-mails divertidos de empresas”, un amigo me envía un mensaje de correo para “echar unas risas”. El enlace me lleva a la página Inc. y a un texto de Geoffrey James: un arquitecto de sistemas, gerente de marca y analista en dos compañías de Fortune 100, que destaca como autor, orador y bloguero, según explica la publicación. Habla de “Los 10 e-mails corporativos más tontos de todos los tiempos”.
Se trata de diez ejemplos que trabajadores de grandes compañías estadounidenses, obviamente no identificadas, han enviado a James (@SALES_SOURCE). Y sí: dan para unas risas, aunque también para unos desconsuelos por la absoluta ausencia de técnicas de Comunicación Interna que demuestran.
Transcribo uno de los correos (el primero, por no ir más lejos y porque todos están en la misma inaceptable línea):
Subject: Company Picnic
We will have our first company picnic next week, which we have dubbed “Morale Builder 2004”. The picnic will feature carnival rides and all-you-can-eat hot dogs and beans. A menu of steak and lobster is available for executives.
Bueno: habrá quien piense que la discriminación es para los pobres ejecutivos, porque ponerse hasta las cejas de perritos calientes y judías “mola” más en una comida campestre que filetón y langosta, pero lo cierto es que en cuarenta palabras, asunto incluido, el emisor se carga el “Morale Builder” de un plumazo, demuestra que la gestión de RR. HH. es desastrosa y dice a las claras que la estrategia de Comunicación Interna “ni está ni se la espera”.
Cuando decimos -y repetimos hasta la saciedad- que, más allá del imprescindible trato digno hacia los trabajadores de una empresa, la Comunicación Interna es inseparable de una correcta gestión de los RR. HH., nos estamos refiriendo a productividad, claro; pero también a reputación, a equipo comprometido con los objetivos empresariales, a comprensión mutua.
Por Jesús Ortiz, consultor sénior de Estudio de Comunicación. España
@JesOrtizAl
