Cambios en el banquillo

No. No es futbol a lo que me refiero, sino a los muchos cambios que se van a producir en la profesión de comunicación en España. De hecho ya han comenzado, pero durante las próximas semanas y meses vamos a ver como se intensifican. Hablo de los nuevos nombramientos en los gabinetes de Comunicación de organismos públicos y, por ende, las salidas de muchos otros profesionales que ocupaban esos mismos puestos, tras las elecciones generales en España. Es algo que siempre me hace evocar el siglo XIX , cuando, tras un cambio en el color político del poder, auténticos ejércitos de funcionarios dejaban sus puestos a otros tantos seguidores del partido ganador. Cánovas y Sagasta trasladados a la Comunicación del siglo XXI.

Este baile de personas siempre me llevan a la misma reflexión, a la que, confieso, aún no he sabido dar una sólida respuesta. Me sorprende que cuando un político, un empresario o un alto directivo alcanza un cargo de gran responsabilidad -en el que necesita de la colaboración de un gabinete de Comunicación- de manera casi invariable piensa en periodistas que se encuentran desarrollando su labor en los Medios de Comunicación para esa plaza. Informadores  más o menos afines a sus ideas y que suelen conocerse de la mutua relación profesional derivada de ruedas de prensa, entrevistas o conversaciones telefónicas.

Nunca, o para ser más justos en muy contadas ocasiones, se suele pensar en profesionales (periodistas también en casi todas las ocasiones) que han desarrollado su carrera en el ámbito de la Comunicación, que poseen un bagaje de muchos años en este campo y que han logrado éxito en multitud de escenarios. Expertos en planes de Comunicación, en situaciones de crisis, en portavocías, en análisis de audiencias, en creación de mensajes, en poner en práctica muy diversas políticas y que, gracias a su experiencia, han sorteado números escollos. No digo que un periodista de Medios no llegue a ser un buen comunicador (tiraría piedras contra mi tejado); todo lo contrario. Digo que las especializaciones son para algo: nadie va a un cardiólogo si le duele la rodilla o al abogado matrimonialista si tiene que presentar un recurso en Hacienda.

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2 Comments
  1. Pues sí, partitocracia por todos lados. ¿Qué harán con Ana Pastor? Esa tía me encanta, pero no creo que la dejen enredar mucho más, y eso que dio caña a unos y a otros. Te he conocido gracias a los 20blogs, te invito a mi blog, Un abrazo.

  2. Sin duda me pasaré por tu blog. Muchas gracias!!!

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