Comunicación interna: Compañeros y, sin embargo, amigos

Hubo un tiempo en el que cuando uno iba al trabajo se decía que allí se iba a trabajar, no hacer amigos. Era una frase que respondía, sobre todo, tanto a establecer un cierto orden como  a la necesitad humana de prevenir los disgustos que uno puede llevarse cuando un compañero o compañera, al que considera su amigo, le hace una faena en el entorno laboral. Pero el desarrollo de las redes sociales parece cambiar tanto el sentido como la frase misma. Leía el otro día en el diario económico Expansión que empresas como P&G y Cisco Systems están buscando influenciadores o empleados que tengan buenos contactos o una buena consideración entre sus propios compañeros. Es decir, buscan personas con capacidad de establecer lazos de amistad y relaciones en el trabajo.

En determinadas profesiones, así como en puestos concretos, el tener contactos siempre ha sido un elemento muy valorado. Un claro ejemplo lo tenemos en la profesión periodística donde disponer de contactos siempre ha sido una vía de acceso para noticias, entrevistas, etcétera. Esto en el ámbito exterior y relacionado con el trabajo.  Ahora se va un poco más allá, se valora la capacidad de un empleado para relacionarse con el conjunto de sus compañeros. La capacidad de influencia y las conexiones que éste tenga con el resto de las personas que forman parte de la organización puede generar beneficios.

Cuenta el artículo que las empresas están desarrollando sistemas para identificar a estas personas. Un ejemplo es la realización de encuestas con preguntas como: “¿A quién recurre cuando tiene un mal día en el trabajo?” o “¿A quién recurre cuanto tiene una pregunta que parece obvia?”. Existen, además, herramientas informáticas que mediante algoritmos analizan datos de un empleado como sus seguidores en las redes corporativas, la frecuencia con la que publica algo sobre su trabajo o si éstos generan comentarios. Esto permite generar un ranking de influencia que puede ayudar a la selección de los generadores de opinión interna en una empresa.

Si una cosa viene a poner de manifiesto esta “nueva” práctica es que dentro de los procesos de comunicación interna, mantener una información directa con los empleados es la mejor forma de conseguir que estos se sientan partícipes de los proyectos y de la marcha de la empresa. De hecho, desde hace muchos años hay organizaciones que, cuando tienen que explicar algún nuevo proyecto o plan, establecen y desarrollan planes de comunicación interna en cascada que propician que la comunicación fluya a través de los distintos niveles de la organización. La aparición de las nuevas tecnologías permite aprovechar estas para ponerlas al servicio de este objetivo. En definitiva, esta estrategia no es nueva, sino una reformulación de algo ya existente. Se trata de buscar los portavoces más adecuados para hacer llegar los mensajes hasta donde queramos hacerlos llegar.

Gerardo Miguel, Consultor sénior de Estudio de Comunicación España.

@GerardoMiguelb

 

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One Comment
  1. Gerardo estoy totalmente de acuerdo contigo. Hay que saber relacionarse ‘por dentro y por fuera’. Creo que es muy importante portavoces internos y externos. Generar opinión en la compañía y ser un altavoz hacia todos nuestros stakeholders.

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