El idioma en que pensamos

Nos inundan los extranjerismos. Y no somos pocos los que pensamos que innecesarios. Primero, porque no aportan nada a nuestro idioma. Segundo, porque suponen aceptar una colonización de otras lenguas, básicamente el inglés, que no ayuda a posicionar internacionalmente la nuestra. Y tercero, porque pensamos en español aunque seamos bilingües. Y si esto es especialmente notorio en todo lo que tenga que ver con las tecnologías (es decir: todo), en el campo de la comunicación y la publicidad, es tremendo. Bienvenido, por tanto, el Primer Glosario de Comunicación Estratégica en español.

La noticia de su existencia nos llegó por la FUNDEU, que siempre es de lo más activo cuando se trata de potenciar la lengua española. La iniciativa fue de dos directores de Comunicación, Estanislao Echazú y Ramiro Rodríguez, con la intención de ayudar a limitar el uso de extranjerismos entre los profesionales y, muy importante, que los Medios no se ‘contaminen’ de aquéllos, dado “el rol educador que tiene la prensa sobre la sociedad”.

Aplaudimos la realización de este glosario por el gran trabajo que suponen recopilar y poner orden tanto término manejado sin ser comprendido que pulula en el ambiente profesional. Y he dicho, sí, sin ser comprendido: porque aún hablando inglés perfectamente, no asociamos la traducción a lo que los “palabros” representan o deberían representar.

Puedo poner el ejemplo de la palabra ‘marketing’, que incluso ya forma parte del diccionario de la RAE como sinónimo de ‘mercadotecnia’. Pregunte el lector a cualquiera qué es el marketing, y la gran mayoría de las respuestas lo identificaran con publicidad. Diga ‘mercadotecnia’, que es la traducción del extranjerismo, y obtendrá respuestas más próximas a su significado, aunque simplemente digan que se refiere a “técnicas de mercado”. La razón es así de fácil: ‘mercadotecnia’ está en el idioma en que pensamos; y aunque sea una palabra que no hayamos escuchado con anterioridad, contiene el ‘ADN’ de los elementos etimológicos que venimos manejando desde que aprendimos a hablar. Resultado: la entendemos y, por tanto, la aplicamos correctamente llegado el caso.

Por supuesto, la invasión de extranjerismos afecta negativamente a la Comunicación. Otro ejemplo: si decimos a un directivo de empresa que los de Comunicación necesitamos tiempo e indagaciones para hacer un documento de background de su compañía, tendremos que confiar en que ese directivo sepa que nos referimos a ordenar y redactar los antecedentes históricos de aquélla, porque si se limita a traducirlo por documento de ‘fondo’ es posible que no sepa de qué le hablamos.

Enhorabuena a los autores. Y, si me lo permiten, como reza el nombre de una sección de José María Íñigo en el programa No es un día cualquiera de Radio Nacional de España, “¡Hablemos español, leches!”.

Por Jesús Ortiz, Director del Área de Formación de Estudio de Comunicación España.

@JesOrtizAl

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