Ética para comunicación

El desarrollo tecnológico y digital de las empresas y la sociedad en general supone un control sobre la vida, hábitos y datos de las personas. Este es uno de los principales dilemas actuales. Para mayor incertidumbre, la irrupción de la inteligencia artificial hace que sea complicado para los no expertos prever los efectos secundarios, positivos o negativos, que esta innovación tendrá en el control de nuestras vidas.

Las grandes tecnológicas como Apple, Facebook, Google y Twitter han visto como la percepción del dominio que su actividad supone sobre la vida de los ciudadanos empieza a tener consecuencias negativas en su reputación. Por ejemplo, en octubre de 2017, la compañía de inteligencia artificial DeepMind, una filial de Google, creó un grupo de ética formado por empleados y expertos externos llamado DeepMind Ethics & Society.

Estos cambios empiezan a dejar claro que dentro del discurso de la comunicación empresarial comienza a posicionarse con fuerza una palabra: ETICA, a la que dentro de las organizaciones y de su discurso hay que dotar de contenido. Ya no es sólo responsabilidad o RSC, sino un paso más.

Comunicar el compromiso ético de las empresas externa e internamente es probable que pase a ser un aspecto cada vez más importante. Ya no se trata de que los empleados conozcan los principios éticos y de compliance y que haya un responsable deontológico sino, también, de hacer acciones, soportes, eventos para que ésta información llegue con transparencia a todos los stakeholders.

Quizás, algunos consideren a estas acciones “éticas” en las compañías como una estrategia más de marketing. Otros, por el contrario, entenderán que son necesarios de cara al presente y al futuro. De hecho, hay grandes empresas que cada vez dan más importancia a lo que llaman su “Carta Ética” ya que, como decía recientemente, Isabelle Kocher, presidenta de una de las energéticas más importante del mundo y ponente en Davos, “la empresa duradera es la empresa ética”.

En este sentido, soy de la generación de “Ética para Amador” de Fernando Sabater pero basta pensar que, los principales consumidores de tecnología y comunicación digital son los  jóvenes. Nativos digitales que aún no se han incorporado al mundo laboral o empresarial en su gran mayoría, nacidos alrededor del 2000. Sin embargo, lo harán. Y junto a sus títulos y formación llevan integrada y asumida una nueva ética en el mundo de comunicación y la tecnología que irrumpirá en el escenario empresarial.

Por Ana Rodriguez, Directora en Estudio de Comunicación España.

@Arodriguezgas

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One Comment
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