La delgada línea roja de las redes sociales

Facebook es una plataforma digital en la que la mayoría de usuarios cuelga fotos de sus vacaciones, familiares, amigos, perros, gatos, la última ‘hazaña’ lograda… Antes se usaba, fundamentalmente, para temas personales. Pero esta plataforma, al igual que otras redes o medios sociales [Twitter, principalmente] ha cambiado y ahora ha llegado a reemplazar a los Medios tradicionales como principal fuente de información. Sobre todo para los nativos digitales. En parte, esto se debe a que los consumidores de información cada día  somos más infieles a los Medios. Hemos abandonado el periódico o la radio que solíamos leer o escuchar cada mañana para llegar informados al trabajo. Hablo en líneas generales, que nadie se dé por aludido (o si).

Pero las redes sociales y los Medios tradicionales son muy distintos. Los Medios están obligados a informar de una forma mucho más rigurosa, comprobando la información [que, en teoría, debe ser confirmada por tres fuentes distintas] y sujetos al que debiera ser un estricto código periodístico. Las redes sociales, no. Están exoneradas de esas obligaciones y eso supone un grave problema: la difusión de noticias falsas camufladas como verdaderas y vestidas con la cabecera de un Medio serio. El propio Zuckerberg, el padre de la criatura, de Facebook, llegó a reconocer que suponía un grave problema, admitía que en los timeline se colaban noticias falsas para manipular a las masas y cambiar su intención de voto.

La delgada línea roja que separa las redes sociales de los Medios de Comunicación es muy fina para el usuario pero sus consecuencias son gruesas. El usuario/lector/consumidor debe ser consciente en todo momento de que la información que está leyendo puede no ser cierta porque la red o el medio social no han asumido compromiso alguno con respecto a la rigurosidad de sus contenidos informativos (salvo el tema de la censura de imágenes obscenas, que da para otro debate). Es el usuario quien debe discernir, desde su conocimiento y capacidades personales, entre informaciones verdaderas o falsas. No hay filtro alguno, garante alguno, de que la información que tenemos en Facebook sea verídica o no. De ahí, la importancia de los Medios de Comunicación, sometidos al rigor y la responsabilidad que le impone el mayor o menor prestigio de su cabecera, de su marca, por un lado y, por otro, la responsabilidad que debe asumir el periodista que firma una noticia. Es decir, el filtro es doble. Y aun así, también fallan, como todos. Pero la garantía que se ofrece es mucho mayor.

No se trata de desacreditar toda información publicada en Facebook, twitter… pero sí que se debe leer con la guardia alta, con cierto escepticismo toda aquella información que genere sospechas. Y es muy recomendable, acudir a los Medios serios a confirmarla, mantenerlos como referentes informativos.

Por Juan Francés, director de Estudio de Comunicación España.

@JuanAFrances 

 

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