A principios de septiembre, se llevó a cabo en la ciudad de Puebla el Congreso Internacional de Comunicación Estratégica, CICE 2012, auspiciado por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, la prestigiada institución pública de ese Estado mexicano, en el cual tuve el gusto de participar como ponente en el panel sobre Reputación e impartiendo el taller sobre el mismo tema.
En uno de los debates se mencionó que una de las conclusiones de una encuesta realizada recientemente en el Foro Económico Mundial de Davos, entre 1.500 líderes de todo el mundo, que a pesar de que la reputación de una empresa y sus productos solía ser considerada como un bien intangible que era muy difícil de cuantificar, es evidente que constituye un componente esencial del valor de una empresa y se está convirtiendo en una medida clave para evaluar el desempeño de los gestores de una compañía. Tan importante es la reputación, que muchos la consideran ya como uno de los activos de cualquier empresa y se calcula su “valor” en el mercado y se incluye en los estados contables de las compañías. La reputación, por lo mismo, debe gestionarse y medirse.
En el Congreso, que contó con la asistencia de más de 800 participantes, disertaron profesionales de la Comunicación como los doctores Manuel Martín Serrano, Carlos Fernández Collado, presidente de la Asociación Iberoamericana de la Comunicación; Octavio Islas, director de la cátedra de Comunicación Estratégica y Cibercultura del Instituto Tecnológico de Monterrey; Rafael Alberto Pérez, profesor e investigador de la Universidad Complutense de Madrid; el maestro Jorge Alberto Hidalgo, presidente del Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación de las Ciencias de la Comunicación; así como José María San Segundo, Consejero Delegado de MERCO, quien presentó este medidor de reputación que incursionará en México dentro de unos meses.
Carlos Bonilla, vicepresidente AB Estudio de Comunicación (México)
