Sueldos de directivos e imagen pública

La junta del BBVA, en la que se produjeron críticas por parte de los accionistas a los sueldos de los directivos, ha vuelto a poner de actualidad un asunto que crece y crece en España. No estaban acostumbrados los directivos a que en las Juntas los accionistas reprobaran sus sueldos y señalaran con el dedo acusador algunas otras prácticas como la edad de jubilación demasiado alta y diferente al resto de empleados, por ejemplo.

Para muestra un botón: según informa el diario Expansión, el Fondo Noruego de Pensiones, uno de los más importantes del mundo y con grandes posiciones en cotizadas españolas, votó en contra del informe sobre la política de remuneración de 34 empresas españolas, entre ellas Abertis, ACS, CaixaBank, FCC, Gas Natural, Mapfre, Repsol y Sacyr; y cuatro presidentes del Ibex vieron como votó en contra de su reelección: Salvador Gabarró, de Gas Natural; Pedro Guerrero, de Bankinter; Antonio Zoido, de BME, y Salvador Alemany, de Abertis.

La realidad es esa, y esos altos sueldos generan críticas que empañan la imagen de las empresas y de sus directivos. Pero el debate también está en dilucidar si nos enfrentamos a un problema de realidad o solo de imagen. Es decir, si la solución viene por adecuar la realidad de los sueldos de los directivos a la petición social y a la demanda que hacen los fondos, proxy advisors y otros accionistas, en definitiva, si deben de bajar los sueldos. O, por el contrario, si los sueldos son justos y el problema es de percepciones y los accionistas y la opinión pública no saben valorar que los sueldos son equivalentes al de otras empresas del mundo. En este último caso, claro, la responsabilidad recae en los gestores de comunicación de las empresas, que no son lo suficientemente eficaces defendiendo a sus jefes.

Los datos de crecimiento de los sueldos de los altos directivos en España en los últimos años son muy reveladores. Y las diferencias, por ejemplo, entre lo que cobran los gestores de empresas cotizadas y los gestores políticos abismales. Pareciera, por tanto, que estamos una vez más ante un problema de realidad y no de imagen. Y que la situación económica actual de España aconsejaría una clara moderación salarial de los altos directivos, que luego debería comunicarse bien.

Lo que está claro es que solo con Comunicación no será fácil convencer a fondos como el de Noruega  ni a los accionistas.

Por Estudio de Comunicación España. 

@EstComunicacion

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