Llevamos varios meses viendo como el asunto “sueldos” de altos directivos de empresas y entidades financieras acapara en España los titulares de los periódicos por uno u otro motivo. Lo último, porque la mayoría de los accionistas de una gran empresa cotizada han dicho que no están de acuerdo con los sueldos que tienen los miembros de su consejo; cosa que es la primera vez que ocurre, aunque en las últimas juntas de grandes empresas ya había habido mucho voto negativo en esta dirección.
En tiempos de crisis, el liderazgo se transmite también con gestos. Y los directivos que en el pasado, al amparo del desarrollo económico en España, fueron incrementando sus sueldos notablemente, no harían mal ahora en recortarlos de acuerdo con los nuevos tiempos. Es difícil transmitir idea de austeridad a la plantilla o a los clientes cuando tú cobras un sueldo de varios millones de euros, en un país en el que el salario mínimo no alcanza los 700 euros mensuales.
España vivió una burbuja de préstamos, de precios de los inmuebles, de cotización de las acciones… pero también de sueldos de altos directivos. Esa época pasó. Tocan ahora nuevos tiempos y las empresas tienen la obligación de transmitir una imagen de austeridad y rigor presupuestario. Los comunicadores somos los encargados de hacer llegar ese mensaje a los diferentes públicos, pero lo tenemos muy difícil si no podemos empezar por contar que los primeros que se aprietan el cinturón son los que tienen la mayor responsabilidad y los sueldos más altos. Y no deberían esperar a que sean los accionistas los que les impongan ese recorte.
Por EC.
Foto: Eric Caballero
