Una de las formas de comunicar por la que siguen apostando las empresas es el empleo de una comunicación más emocional y sorprendente. Las marcas entienden que transmitir seguridad y emociones sirve para generar valor, y hacerlo con sinceridad y sorprendiendo es un camino que garantiza que el mensaje llegue y cale. Y más en tiempos de incertidumbre y crisis.
Así lo ha entendido T-Mobile con su recibimiento “Welcome Back” a los pasajeros que se encontraban en la terminal de llegadas internacionales del aeropuerto de Heathrow, en Londres. Un grupo de actores disfrazados y camuflados entre el personal del aeropuerto y los viajeros ofrecieron un “improvisado musical” en la misma terminal. El resultado, un curioso e imaginativo spot de tres minutos de duración en el que se muestra la sorpresa y la reacción de los pasajeros que se convirtieron, inesperadamente, en protagonistas de la función musical.
La compañía ha sabido aprovechar esta acción sorprendente para promocionar sus servicios y crear una verdadera experiencia positiva entre los usuarios. El vídeo, sin duda, fue todo un éxito: los principales canales de televisión británicos se hicieron eco del mismo en su estreno y el spot arrasó en Facebook, YouTube y Twitter.
Otro buen ejemplo de cómo crear un mensaje de esperanza y optimismo es el último spot de Campofrío: “La celebración de los cuatro sentidos”. Un trailer del cortometraje centrado en la historia real de una familia, en la que el padre es ciego y la madre tiene una deficiencia visual importante. El mensaje que nos transmite la compañía: “Hay dos maneras de tomarse la vida. Podrás vivir lamentándote de todo lo que te falta, quejándote por el sentido que la vida no te dio o aprovechar al máximo lo que sí tienes”. En este caso, las lágrimas están aseguradas:
A estas alturas, no cabe duda de que, en tiempos de crisis, la clave escogida por la mayoría de las empresas está en la construcción de una interrelación con los clientes y usuarios no sólo informativa, sino también emocional, sorprendente y motivadora.
