De vez en cuando guardo artículos, noticias o reportajes de periódicos que me llaman la atención y que no puedo leer en el día que se publican. Pasado el tiempo doy cuenta de ellos. Hoy he leído un artículo publicado en ABC por Manuel Martín Ferrán, del día 21 de marzo. Está escrito a raíz de la noticia que presentó en las televisiones de todo el mundo a unos pobres bomberos catalanes como peligrosísimos etarras y se titula “todo por la imagen”. Coincido con el autor y me da miedo que los que nos dedicamos a esta profesión de la Comunicación colaboremos con los clientes, sean estos empresas o instituciones, para vender la piel del oso antes de cazarla. Me da miedo, sobre todo, que eso sea para algunos un sistema de trabajo. Martín Ferrán asegura que la “verdad se ha convertido en un lujo inalcanzable” y a mí me da pena y me causa un respeto imponente, como decía la famosa poesía del Piyayo. Porque la verdad debe seguir siendo el referente ético de los que trabajan en Comunicación. Es cierto que la verdad tiene diferentes ángulos y que a nosotros nos pagan para enseñar el lado más favorable, pero una cosa es eso y otra cosa es utilizar la mentira para ganar votos o clientes.
En Comunicación hay que decir siempre la verdad, aunque no sea obligatorio decir toda la verdad a todo el mundo. Si te pillan en una mentira pierdes credibilidad, y ya es muy difícil recuperarla. Ya se sabe: al mentiroso lo pillan mucho antes que al cojo.
