Frente a la fragilidad actual de los Medios de Comunicación, escindidos en soportes impresos y digitales y amenazados por la huida constante de los ingresos publicitarios, la economista francesa Julia Cagé acaba de publicar un libro “Salvar a los Medios de Comunicación”, que trata de insuflar un poco de optimismo en lo que parece una carrera acelerada hacia la supervivencia.
Lejos de tomar partido por la dicotomía “impreso/digital”, Cagé subraya la importancia de que exista un periodismo de calidad con independencia del soporte. Considera que la crisis que asola los Medios de Comunicación es principalmente económica ya que cada vez son menos las personas que están dispuestas a pagar por acceder a la información, y que, por tanto, el futuro camina indefectiblemente hacia los contenidos de pago. Los Medios compiten por los ingresos publicitarios con nuevos y poderosos actores como Facebook, Amazon, Google, y en esta desigual batalla, menguan sus ingresos publicitarios, reducen consecuentemente sus plantillas y el resultado es la devaluación del producto informativo.
La ensayista francesa sostiene que, como la educación, la información es un bien público encuadrado en la economía del conocimiento y necesario para el buen funcionamiento de la democracia. Un bien que debe ser protegido por lo que es imprescindible que los poderes públicos velen por el funcionamiento de una prensa libre e independiente.
Haciéndose eco de la corriente imperante del crowfunding y de la multiplicación de donantes para el desarrollo de múltiples proyectos, Cagé postula un modelo participativo que garantice la libertad de prensa, consistente en la creación de empresas periodísticas sin ánimo de lucro. Se trataría de un estatuto especial, a caballo entre la fundación y la sociedad accionarial, cuyos accionistas (periodistas, lectores, etc.) puedan beneficiarse de deducciones fiscales. ¿Será la solución? El debate está servido.
Por Adolfo Lázaro, Consultor Sénior de www.estudiodecomunicacion.com/extranet
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