El esfuerzo que viene
En México hay un refrán que, aunque puede calificarse de insensible, será muy escuchado durante los próximos meses: “ahogado el niño, a tapar el pozo” -una alusión al interés de ocultar las evidencias tras un desastre (sobre todo si el daño pudo ser evitado). Tras los sismos que afectaron a varias entidades mexicanas (entre ellas a la capital del país, un bastión de la actividad económica nacional), empiezan a surgir las sospechas de que habrá intentos -organizados por diversas instancias públicas y privadas- “por tapar el pozo” de la catástrofe.
Sin embargo, en nuestros tiempos de redes sociales y conexiones móviles de alta capacidad, esconder cualquier tipo de dato o acontecimiento es una misión encaminada al fracaso. En realidad, para las organizaciones, la amenaza verdadera radica en la propagación de información falsa.