Más allá de los grandes beneficios que aportó y sigue aportando la Internet para simplificar nuestra vida cotidiana, ayudarnos a conseguir de manera inmediata información de prácticamente todos los temas generada en cualquier lugar del planeta, incrementar nuestra productividad en el trabajo y darnos la posibilidad de trabajar a distancia, en la cara obscura de la también llamada “red de redes” prolifera la irresponsable difusión de mensajes sin sustento que está representando una verdadera amenaza contra la reputación de empresas e instituciones. En reiteradas ocasiones hemos enfatizado en este espacio que la reputación corporativa es un importante activo para las empresas e instituciones y elemento clave para construir a partir de ella una ventaja competitiva.