Quien cree que cada vez compramos más marcas blancas por la crisis quizás se engaña. Cuando todo era de color de rosa, en el 2006 y 2007, según Nielsen, un 87% de consumidores ya las compraba. Y en los países con renta altas, como Suiza, Reino Unido o Alemania, les gustan más todavía. Veo estos datos y empiezo a dudar que la marca blanca sea hija de crisis. ¿No será, que es hija del sentido común, y que han venido para quedarse? Más que la cultura del “menos es más” a lo mejor forman parte de la cultura del “menos es mejor” porque con lo que ahorras inviertes en otras cosas que te apetece comprar. Y eso, a todos nos parece interesante y como dijo Julio Cesar, “Llegué, vi, vencí”.
[…] y representación reales que actualmente no tenemos- leía en el blog de Esperanza Cambuj una reflexión relativa a las marcas blancas que me llevó a trasladarla al ámbito político.¿Por qué no se aprueban las listas abiertas? […]