De las marcas antes se buscaba, principalmente, notoriedad, reconocimiento, que reflejaran calidad, lujo, satisfacción… Sin embargo, cada vez más, este activo intangible está obligado a inspirar y a conmover. Esta semana se han publicado dos estudios, el “Facebook IQ” de la Universidad de Nueva York en colaboración con la consultora Buddy Media y el de IESE Business School e ING Direct, que hacían, justamente, referencia a este universo más sensible y emocional de las marcas. Se preocupaban de valorar su talento, brillantez, desafío o indiferencia. Sopesaban las marcas que “amamos” e incluso la “intensidad” de ese amor. Y las ganadoras eran: las empresas de distribución, las de informática, moda y, por supuesto, los clubes de fútbol.
Viendo el perfil de los agraciados, la pregunta, el reto que surge es: ¿Cómo se puede entonces incrementar la dosis de “amor” por empresas que también aportan “cariño” a nuestra vida como puede ser una farmacéutica, de automóviles o incluso de turismos, entre otras? Según el IESE, los entrevistados quieren a las marcas que sienten más próximas, cercanas, accesibles, y les son útiles.
Todos ellos son aspectos que una buena comunicación corporativa puede mejorar. Ahora toca definir cómo y puestos a pensar, se me ocurre empezar por una de las mejores cualidades de alguien que te quiere: te sabe escuchar. Toma en cuenta tus opiniones, comentarios, sugerencias, críticas o quejas. En comunicación empresarial tienen que ser las de los clientes. En cualquier caso, estoy segura de que el que escucha puede encontrar mejor el camino.
Por Ana Rodríguez, consultora senior.
@arodriguezgas
Foto: zuarte bolsas
