Vogue y la portada de Kamala Harris

No tardaron las reacciones al darse a conocer la portada de la edición de febrero de la revista Vogue, que tendrá como portada a la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, particularmente un incendio en las redes sociales. Miles de usuarios señalaron a la revista de misoginia y racismo por la fotografía seleccionada lo que orilló al equipo de Vogue a cambiar la tapa de su esperado ejemplar.

Kamala Harris aparecería vestida de manera casual con pantalón negro, blusa blanca, saco y unos tenis Converse, todo propiedad de ella; Jess Cartner-Morley, editora de moda del diario The Guardian, incluso señala arrugas en el pantalón de Harris. La portada lee “By the people, for the people, The United States of Fashion,” (Por la gente, para la gente, los Estados Unidos de la Moda) y debajo, el balazo principal: “Madam Vice President! Kamala Harris and the new America,” (¡Señora vicepresidente! Kamala Harris y la nueva América).

Desde algunas opiniones en la prensa y muchas más en redes sociales, reclamaron a la revista que los textos, la vestimenta casual de Harris y el fondo verde y rosa de la fotografía  (seleccionado por ser los colores  de la sororidad a la que perteneció Harris) disminuían su importancia como vicepresidenta. También acusaron al fotógrafo Tyler Mitchell que el tipo de iluminación que utilizó “blanqueaba” el tono de piel de Kamala Harris (de padre afroamericano y madre india), la revista no tardó en reaccionar y a los pocos días presentaron la nueva portada en la que Harris aparece con un traje sastre sobre fondo dorado y solamente se lee: Madam Vicepresident! Kamala Harris and the new America.

Dick Hebdige, sociólogo británico y especialista en estudios culturales, propone en su libro Subculture, the meaning of style (1979), a través de un análisis semiótico de las subculturas que surgieron en la Inglaterra de la posguerra, que la ropa y accesorios que elegían para diferenciarse simbolizaban tensiones sociales propias de su ideología.

Por nombrar un ejemplo, Hebdige (1979, p.87) interpreta que la moda agresiva y los manerismos grotescos de los punk era una perfecta dramatización de la incertidumbre y decadencia que atravesaba Gran Bretaña en esa época. Un rechazo que desafiaba a la moral y un acto consciente de alienación ante la falta de oportunidades y la inevitable caída de la economía.

Si analizamos la portada de Vogue con la lente de Hebdige, podríamos interpretar que las intenciones no eran presentar a una política, sino a una mujer accesible, con su propia ropa, la  vicepresidenta de “The New America,” la America post Trump, alguien que representara el mensaje de conciliación entre gobierno y sociedad percibido durante discurso inaugural de Biden. Una gobernante con quien sus simpatizantes se pudieran identificar, trabajadora y austera, que a su vez, la alejaran de la opulencia que representaban Donald Trump y familia.

A primera instancia parecería un poco contradictorio que simpatizantes del partido demócrata asociados con un rechazo al establishment, exigieran nociones más conservadoras que recuerdan a la idea  de la investidura presidencial. Sin embargo, todo esto sucede en medio de un contexto social, político y económico que como argumenta Hebdige, contextualizan o descontezctualizan el significado de un saco o uno tenis Converse.

Es muy importante entender las circunstancias en las que surge la polémica, durante los últimos años,  Estados Unidos (y gran parte del mundo) han atravesado un duro proceso de concientización sobre asuntos raciales, de género y de clase que llevan siglos impregnados en la sociedad. Por eso, aunque a muchos incomoden, parezcan, exagerados, o  contradictorios en este caso, hoy es importante tomar en cuenta todos estos temas antes de realizar cualquier material de comunicación audiovisual.

Kamala Harris pasará a la historia como la primera mujer y persona “no blanca” en ocupar el cargo de vicepresidente, esto la convierte en un personaje muy representativo de la generación de políticos que personifican estos cambios, quizás con Barack Obama como el más simbólico. Por ello, se entiende que presentarla con un estilo informal y sobre todo el texto “The United States of Fashion” minimizaban la posición y el logro de Harris en una oficina históricamente controlada por hombres blancos.

Jess Carter-Morley, 2021, Kamala Harris and why politicians can’t resist Vogue (though it only ends in tears), The Guardian, 11 enero.

Más Información.

Hebdige, Dick (1979) Subculture and the Meaning of Style, Routledge. 80-89

 

Autor:

Manuel Alonso Palacios, Consultor en AB Estudio de Comunicación.

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